sábado, 3 de diciembre de 2011

El Internet y sus mitos

Un cuchillo puede servir para cortar la comida…., o para apuñalar a alguien. Del mismo modo, la energía nuclear puede servir para alumbrar toda una ciudad, o para hacerla volar por el aire. Conclusión: la tecnología en sí misma, permítasenos apelar a este maniqueísmo un tanto reduccionista, no es ni “buena” ni “mala”. El aprovechamiento de los avances técnicos está en función del proyecto humano en que se despliegan. Los instrumentos que el ser humano va creando, desde la primera piedra afilada del Homo Habilis hasta la más sofisticada estación espacial actual, son herramientas que ayudan a la vida. Las herramientas no tienen un valor por sí mismas: son la perspectiva ética, el modelo de ser humano y de sociedad a la que sirven, quienes les da su valor.

Es importante empezar diciendo esto para aclarar un mito que se ha venido dibujando en el mundo moderno, el mundo de la industria basado en la siempre creciente revolución científico-técnica: el mito de la tecnología y del progreso sin par. Las herramientas, los útiles que nos ayudan y hacen más cómoda la vida cotidiana –el tenedor, la presa hidroeléctrica, el calzador para ponernos un zapato o el microscopio electrónico– son pasos que nos van distanciando cada vez más de nuestra raíz animal. Pero con la aceleración fabulosa de estos últimos dos siglos que se da con la industria surgida en Europa y hoy ya globalizada ampliamente, el poder técnico pareciera independizarse obteniendo un valor intrínseco: la tecnología pasa a ser un nuevo dios ante el que nos prosternamos. En muchas ocasiones terminamos por adorar la herramienta en sí misma, independientemente de su real utilidad o de las consecuencias nocivas que pueda acarrear. Una vez más entonces: la tecnología no es “buena” ni “mala”. Es el proyecto político-social en la que se inscribe lo que debe cuestionarse. Los motores de combustión interna, por ejemplo, facilitaron las comunicaciones de un modo espectacular, pero al mismo tiempo pasaron a ser los principales contaminantes del mundo contribuyendo a provocar la catástrofe medioambiental que vivimos destruyendo la capa de ozono. ¿Son los automóviles la “causa” de ese desastre? Obviamente no, sino el proyecto social al que sirven. Y es claro que el mismo está decidido e implementado por grandes poderes que obligan a seguir determinados criterios y no otros: ¡todo el mundo consume automóviles alimentados con gasolina hasta que se termine la última gota de petróleo que hay en el subsuelo! ¿Se consultó a alguien, a los ciudadanos comunes, si estábamos de acuerdo con eso?

El mito tecnológico alimenta generosamente esas construcciones culturales borrando la reflexión crítica al respecto: “tener auto da estatus…, y si es una Ferrari, ¡mejor!” Los mitos tienen esa función: dan explicaciones convincentes del mundo, eximen de seguir interrogándonos porque “resuelven” el origen de todas las cosas. En la sociedad planetaria actual, marcada por la gran industria que transformó radicalmente la vida en estos últimos 200 años, hoy por hoy el desarrollo técnico ha llevado a entronizar la acumulación y procesamiento de información como el bien más importante. Tanto, que se puede hablar de una “sociedad de la información”. En esta nueva “aldea global”, las tecnologías de punta ligadas a las comunicaciones marcan el ritmo: sociedad digital, sociedad basada en la inteligencia artificial y en la virtualidad, donde quien no puede seguir ese ritmo –y de hecho, es la gran mayoría planetaria– queda en una situación de desventaja comparativa cada vez mayor con quien sí lo impone. De más está decir que son unos pocos centros de poder mundial los que detentan esas tecnologías. Las diferencias, por tanto, se aumentan exponencialmente. Las sociedades agrarias que por milenios se desarrollaron en los distintos puntos del planeta, con diferencias sin dudas, tenían no obstante una cierta paridad entre sí. Hoy día, estas tecnologías hiper desarrolladas que combinan ámbitos diversos como la navegación aeroespacial, la inteligencia artificial y la búsqueda de nuevos materiales, han creado brechas (abismos mejor dicho) tan enormes que el mundo que se perfila para más adelante nos presenta en realidad la perspectiva de dos mundos: quienes siguen con el arado de bueyes… y quienes están en la ampulosamente llamada “post modernidad”. “La tecnología de la información y las comunicaciones entraña innovaciones en microelectrónica, computación (equipo y programas informáticos), telecomunicaciones y óptica electrónica (microprocesadores, semiconductores, fibra óptica).

Esas innovaciones hacen posible procesar y almacenar enormes cantidades de información así como distribuir con celeridad la información a través de las redes de comunicación. La ley de Moore predice que la capacidad de computación se duplicará cada período de 18 a 24 meses gracias a la rápida evolución de la tecnología de microprocesadores. La ley de Gilder augura que cada seis meses se duplicará la capacidad de las comunicaciones, una explosión en la amplitud de banda, debido a los avances de la tecnología de redes de fibra óptica”, alertaba Naciones Unidas en su Informe de Desarrollo Humano algunos años atrás. Es allí donde entran a tallar los mitos: “La tecnología es como la educación: permite a las personas salir de la pobreza”, dice el referido Informe. Sí y no. Las nuevas herramientas sirven, por supuesto; pero no resuelven la vida. Si hay pobreza –¡y por cierto la hay, y mucha!– ello responde a estructuras de base asentadas en la explotación de unos por otros. Allí hay una cuestión de ejercicio de poder, conflictos de clase, dominación. Ninguna herramienta, por más sofisticada que sea, puede cambiar esas relaciones. La tecnología ayuda a hacer el mundo más cómodo. Pero también puede transformarlo en un infierno. No hay dudas que para quienes están leyendo este texto en la pantalla de su computadora, habiéndolo descargado de internet, la tecnología digital es un paso adelante fabuloso. No dirán lo mismo los pobladores de República Democrática del Congo, que viven en situación de pobreza extrema y en guerra casi perpetua por ser el principal productor mundial de coltán, el material con el que se elaboran los microchips gracias a los cuales funcionan las computadoras y los satélites geoestacionarios que permiten estos prodigios técnicos, como estar leyendo esto ahora. Apurémonos a aclarar que este escrito no pretende ser, como en los tiempos de la revolución industrial en Inglaterra, un llamado a destruir las nuevas máquinas “endemoniadas”. Bienvenidas las nuevas tecnologías, sin dudas. Pero no dejemos de ser críticos. Internet es un adelanto tecnológico espectacular, de eso no cabe la menor duda. Pero estemos alertas con los mitos que se van tejiendo al respecto. “Internet ha cambiado el mundo”, “la historia está cambiando gracias al internet”, “la vida antes y después del internet”..... Frases así se escuchan a diario, se han hecho comunes, populares.

Pero justamente por tan omnipresentes merecen ser, como mínimo, puestas en entredicho. No hay dudas que algunos desarrollos técnicos tienen una importancia mayor que otros en la historia humana. La agricultura, la rueda, los metales, la máquina de vapor –por poner algunos ejemplos– definitivamente han dejado marcas indubitables, más que otros. En la era de la revolución científico-técnica que vive el mundo desde hace doscientos años, ciertas invenciones, ciertos campos de descubrimiento posibilitaron saltos cualitativos de profundidades inéditas. Las comunicaciones, quizá más que ninguna, se inscriben en ese ámbito. Hoy, de hecho, ellas representan una de las áreas más dinámicas del quehacer humano, en todo sentido: por la celeridad con que crecen, por su calidad siempre en aumento, por las transformaciones socio-culturales a que dan lugar, por las fortunas que contribuyen a amasar. Internet hace parte de todo ese paquete, pero más aún: es su estandarte, su insignia.

El mundo post moderno es el mundo de la red de redes, del ciberespacio. Ahora bien: ¿en qué sentido internet ha cambiado el mundo? En este nuevo mundo digital, globalizado, hiper comunicado, por supuesto es la savia vital de la nueva economía basada en la información, en la velocidad rutilante, en la virtualidad del ciberespacio. Pero permítasenos dos observaciones. Por un lado, el número de seres humanos con acceso a esta tecnología todavía es mínimo a escala planetaria. Mucha población mundial todavía ni siquiera dispone de energía eléctrica o de acceso a un teléfono, y el analfabetismo (no el digital, sino el de la lectoescritura) sigue siendo una dura realidad para alrededor de 1.000 millones de personas. No hay dudas que internet llegó para quedarse, pero todavía estamos muy lejos de poder decir que sea un invento disfrutado por las mayorías. Y nada hace pensar que se esté por llegar rápidamente a ese punto. “Actualmente, de las computadoras conectadas con la Internet, el 93% están en los países de más altos ingresos, donde reside sólo un 16% de la población mundial. Hay en Finlandia más computadoras conectadas a la Internet que en toda la región de América Latina y el Caribe; hay más en la ciudad de Nueva York que en todo el continente de África”, da como datos contundentes el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. El mito del cambio del mundo en función de la llegada de internet, de momento no es sino la promoción mercadológica de quienes detentan estas tecnologías, y por supuesto las comercializan. En muchos países del Tercer Mundo hay ya más teléfonos celulares que población (y quizá pronto haya tantas computadoras conectadas con internet como personas), pero de todos modos el desarrollo no llega. Salir de la pobreza es algo más que una cuestión técnica.

Pero por otro lado –quizá esto es lo más importante para analizar críticamente– los cambios que puede traer aparejados, no necesariamente son transformaciones positivas vistas en términos de especie humana. Hoy día internet es cada vez más omnipresente en innumerables facetas de la vida: sirve para la comercialización de bienes y servicios, para la banca en línea, para la búsqueda de la más variada información (académica, periodística, de solaz), para el ocio y esparcimiento (siendo los videojuegos una de las instancias que más crece en el mundo de las nuevas tecnologías digitales, esto no hay que olvidarlo –preparación en los niños de los futuros consumidores del futuro–), en la gestión pública (algunos gobiernos están incorporando el uso de redes sociales como Twitter, Facebook o Youtube cuando las autoridades dan a conocer su posición sobre acontecimientos relevantes), habiendo incluso todo un campo relacionado al sexo cibernético. Hasta incluso podríamos agregar que da la posibilidad de espacios alternativos y de denuncia como éste donde ahora aparece el presente texto. Todo esto beneficia la vida cotidiana, la hace más cómoda, más placentera incluso, facilitando el acceso a fuentes de información insospechadas algún tiempo atrás. Sin embargo, no debemos olvidar que también esto ha creado una cultura de la “información de la pantalla”: breves resúmenes audiovisuales que en tres líneas explican todo, desde una receta de cocina a la “Fenomenología del Espíritu” de Hegel, desde la noticia puntual del momento al Corán. Cultura de la inmediatez, del flash. Internet contribuye también, visto en esta lógica, al triunfo de la imagen sobre la simbolización –¿evaporación del pensamiento crítico?– La imagen juega un papel muy importante en esta cultura cibernética. Lo visual, cada vez más, pasa a ser definitorio. La imagen es masiva e inmediata, dice todo en un golpe de vista. Eso seduce, atrapa; pero al mismo tiempo no da mayores posibilidades de reflexión. “La lectura cansa. Se prefiere el significado resumido y fulminante de la imagen sintética. Ésta fascina y seduce. Se renuncia así al vínculo lógico, a la secuencia razonada, a la reflexión que necesariamente implica el regreso a sí mismo”, se quejaba amargamente Giovanni Sartori .

No hay dudas que “pega” más una imagen atractiva que un discurso sesudo, profundo; la fascinación hace parte medular de lo humano. Seguramente por eso pudo constituirse –y seguirá ahondándose– esa cultura de lo visual no crítico. Lo cual no es condenable; lo escandaloso es la manipulación con fines de control social que se pueda hacer de ello. Al respecto valen las palabras de Carlos Estévez: “en términos mayoritarios [los usuarios de internet] adquieren información mecánicamente, desconectada de la realidad diaria, tienden a dedicar el mínimo esfuerzo al estudio, necesario para la promoción, adoptan una actitud pasiva frente al conocimiento, tienen dificultades para manejar conceptos abstractos, no pueden establecer relaciones que articulen teoría y práctica”. “¡No piense, mire la pantalla!” Así podría resumirse la tendencia cultural moderna, de la que internet es principal tributario, junto con la televisión. Según una investigación de la empresa de encuestas Gallup, nada sospechosa de posiciones críticas precisamente, el 85% de lo que “sabe” un adulto urbano término medio proviene de los mensajes asimilados en la televisión. ¿Realmente sabe?

La imagen atrapa, tiene un valor propio: fascina. La actual cultura cibernética, nada distinta a la televisiva, obliga a perpetuarse horas y horas ante una pantalla (de la computadora, o actualmente también de un teléfono móvil con acceso a internet, o de las tablets). Así como los insectos caen en la luz que los subyuga, así los humanos sucumbimos a las pantallas de las “máquinas vendedoras de sueños”. Esto nos lleva preguntar: ¿estamos condenados a vivir siempre con un nivel de ilusión? ¿Por qué es más fácil dejarse invadir por las imágenes atractivas que desarrollar una lectura analítica? ¿Por qué gusta destinar tanto tiempo a la “recreación” simple que nos ofrecen las pantallas? Y nadie, absolutamente nadie podría decir que en internet no se ha desarrollado ya una fabulosa cultura del copia y pega que va marcando nuestro cotidiano modo de hacer. Una vez más, y para que no queden dudas: internet es un invento fabuloso y vale la pena aprovecharlo al máximo. Pero cuidado con los mitos que se puedan haber tejido al respecto. Las llamadas redes sociales, por ejemplo –más a-sociales que sociales, que obligan a estar en solitario ante la pantalla una buena parte del día– pueden contribuir a juntar gente, a establecer contactos. O también, enmascaradas en la ilusión de estar unidos –teniendo centenares de “amigos” en el perfil– pueden obligar a la soledad de la lectura en la pantalla. De todos modos es una falacia pensar que el espacio virtual reemplaza a lo humano de carne y hueso. ¿Reemplazará el sexo cibernético al otro? ¿Podrá haber revoluciones sociales hechas desde las pantallas? El debate está abierto.

Marcelo Colussi
Rebelión

sábado, 1 de octubre de 2011

Leyes de Mercado

Ponencia impartida en el Curso “Libertad en Internet: garantías y amenazas”

1.- Hackers, grietas y burocracia
El título de esta conferencia, según el programa, tenía que ser “¿Por qué el legislador defiende la propiedad antes que la libertad?”. Era un título más ilustrativo que el elegido finalmente, que he tomado prestado de la novela de ciencia ficción de Richard Morgan, traducida en España por Jesús Gómez, publicada por Gigamesh, y disponible gratuitamente en las redes de intercambio y servidores de descarga de Internet que quiere cerrar la Ley Sinde.

Sí, el título original era más ilustrativo. Pero “Leyes de Mercado” resume a la perfección la situación actual de nuestro Parlamento en lo que se refiere a la autoría de su producción legislativa, muy particularmente en lo relativo a las leyes destinadas a proteger la propiedad. Y también refleja la Realidad contra la que intentan en vano lucha los legisladores y los que les dictan las leyes. La novela de ciencia-ficción Leyes de Mercado, que tengo en las manos en este momento en su versión papel, seguirá disponible en su forma binaria en internet mañana, pasado, y dentro de un año. Diga lo que diga la Ley Sinde, el reglamento de la Ley Sinde, y cuantas leyes de mercado quiera dictar el próximo Gobierno delegado de los Mercados. Porque esa y no otra es en Internet la verdadera Ley impuesta por sus verdaderos ciudadanos.

Cuando me invitaron a estas jornadas los organizadores me remitieron una lista de normas impuestas por la burocracia universitaria, una burocracia necesaria para organizar la vida académica, pero absolutamente incompatible con la agitada vida de plazos, juicios y recursos que hemos de sobrellevar los abogados. De hecho, me consta que hay compañeros de profesión que han tenido que renunciar a dar conferencias universitarias para no tener que sufrir la burocracia. Yo hago lo que la mayor parte de abogados hacen con las leyes: me comprometo a cumplir con lo establecido, y luego aprovecho las grietas de la letra pequeña.

Me pedían un abstract de la conferencia, y que remitiese el texto por anticipado. Algo imposible: ni yo mismo sé de qué voy a hablar cuando me pongo a escribir: el abstract solo lo puedo hacer como resumen, cuando ya he acabado de escribir, si el teléfono y el twitter me han dejado tranquilo. A veces envidio a aquellos que pueden trabajar de forma estructurada, con arreglo a un Orden inmutable. Yo convivo a diario con el Caos, y no sabría vivir de otra forma. Posiblemente por eso me gusta tanto Internet. 

2.- Islas en la Red
El segundo título de ciencia ficción que citaré hoy: Islas en la Red fue una novela publicada por Bruce Sterling, pionero del ciberpunk y también autor de The Hacker Crackdown (“La caza de hackers. Ley y desorden en la frontera electrónica”). Dos obras publicadas en 1988 y 1992, respectivamente, que auguraban lo que iba a ser Internet. Como diría el mismo Bruce en el prólogo a Quemando Cromo, de William Gibson, los escritores de ciencia ficción son payasos sabios:
Somos Payasos Sabios que podemos saltar, dar cabriolas, hacer profecías y rascarnos en público. Podemos jugar con Grandes Ideas porque el extravagante colorido de nuestros orígenes de revista barata nos hacen parecer inofensivos.
El futuro profetizado por Bruce Sterling ya está aquí. Mercados conectados a la velocidad de la luz que chantajean a diario a sus Gobiernos delegados. Unos Gobiernos que han dejado de defender incluso a sus burguesías locales, ya que a su pueblo no lo defendieron nunca. Unos Gobiernos que debían encarnar el Orden, y que están genuflexos ante el Caos de los parqués bursátiles. Gobiernos de estados-nación, celosos guardianes de sus fronteras físicas, en un mundo donde el capital ya no tiene fronteras.

Bruce Sterling no fue el único profeta de la Hacker Revolution. Antes de que los vendedores de chatarra electrónica usurpasen el título, ser gurú era otra cosa. Y si hay que hablar de un gurú entre gurús, necesariamente tendré que citar a Hakim Bey, considerado por algunos como padre ideológico de los hackers, y auténtica autoridad en las leyes de las redes del Caos. Títulos estos un tanto pretenciosos: un verdadero hacker no reconocería autoridad patriarcal alguna ni a su propio padre.

Mucho antes de que la ley de los mercados contaminase las redes, mucho antes de que Internet llegase al gran público, en aquellos oscuros tiempos de BBS y módems ruidosos, Hakim Bey ya establecía las bases de la ciberutopía. Su ensayo de 1991, Zona Temporalmente Autónoma, anunciaba el #15M hace ya 20 años:
El TAZ es un campamento de guerrilleros ontológicos: golpean y corren. Mantén en movimiento a la tribu entera, aunque sólo se trate de datos en el Web. El TAZ tiene que ser capaz de defensa: pero tanto su ataque como su defensa deben, siempre que puedan, eludir la violencia del Estado, que es una violencia sin sentido. El ataque se hace contra estructuras de control, esencialmente contra las ideas; y la defensa es la invisibilidad un arte marcial y la invulnerabilidad -un arte oculto entre los marciales. La «máquina de guerra nomádica» conquista antes de ser notada, y se desplaza antes de que el mapa pueda ser reajustado. Por lo que concierne al futuro, sólo los autónomos podrán planificar la autonomía, organizarla, crearla. Es una operación que se autoinicia, fundacional. El primer paso tiene algo de satori: la realización del TAZ comienza con el simple acto de su realización.
A lo largo de estos últimos 20 años, la red ha mantenido el pulso frente al Estado. Cada vez que el poder político ha intentado establecer fronteras legales en el territorio de la frontera electrónica, la red ha mutado para eludir la agresión. En la mayor parte de las ocasiones los hackers han actuado como tribus nómadas, como una ciberguerrilla siempre en movimiento. Para eludir la vigilancia tuvieron que echarse al monte de la Red, hasta que las condiciones objetivas permitiesen que la revuelta cristalizase en el mundo físico.

Cada vez que enemigos de las libertades y defensores del Estado utilizan la palabra “pirata” en relación a la red me hacen reír, precisamente porque con ello le dan la razón a Hakim Bey, que citaba la utopía pirata de Libertalia como paradigma de la Zona Temporalmente Autónoma. Las verdaderas repúblicas de los piratas eran sus barcos: para los nuevos nómadas, la única utopía posible era la República Internet.

Así fueron las islas en la red, reductos de libertad frente al pensamiento único impuesto por Estados y Mercados. Así fue hasta la primavera de 2011. 
 
3.- España: revolución, reacción y resistencia
La revolución de las telecomunicaciones en España corre pareja a los intentos del poder político de imponer su control sobre la sociedad de la información emergente, labor en la que encontrará un gran apoyo por parte de las empresas de medios de comunicación, que generan un discurso reaccionario frente a un modelo de distribución de información que no pueden controlar.

Pero con independencia de los intentos de control ejercidos desde la esfera política, policial y mediática, la red resiste el acoso del poder. Todo intento de control legislativo es respondido antes o después mediante una evolución técnica que provoca la inmediata obsolescencia de la norma jurídica.

El esquema se repite cíclicamente: la innovación tecnológica modifica de forma radical un status quo consolidado. Los beneficiarios del status quo que se derrumba reaccionan interesando del poder cambios legislativos para “adecuar sus derechos a la nueva situación tecnológica”. Y ante dicha normativa, surge una nueva evolución técnica: revolución, reacción y resistencia.

En breve seremos testigos de un nuevo capítulo del proceso descrito. En el momento que se apruebe el reglamento de desarrollo de la “Ley Sinde” y se constituya la Sección Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual en el Ministerio de Cultura, asistiremos a un cambio en la forma de distribuir enlaces en internet. A un problema jurídico se responderá con una respuesta técnica no prevista por el legislador, y la solución legislativa dirigida a retirar contenidos o bloquearlos se quedará perdida en una nube. 

4.- La legislación TIC en España: 20 años contra la innovación 
La problemática jurídica relacionada con las nuevas tecnologías era muy distinta hace veinte años, y se centraba fundamentalmente en la protección jurídica del software: la ya derogada Ley de Propiedad Intelectual de 1987, así como también derogada Ley 16/1993, de 23 de diciembre, de incorporación al Derecho Español de la Directiva 91/250/ CEE , de 14 de mayo, sobre la protección jurídica de programas de ordenador, unidas al artículo 534 bis del Código Penal entonces vigente, establecían un marco que permitía perseguir los delitos contra la propiedad intelectual de programas de ordenador. Y ese fue el cauce por el que muchos abogados –entre los que me cuento- tomaron un primer contacto con la problemática jurídica de las nuevas tecnologías. Eran discos flexibles de 5 y ¼, muy lejanos de la nube actual, pero la persecución entre titulares de derechos de autor y presuntos piratas del software había comenzado.
 
Obsérvese que en el primer conflicto el legislador ya antepone la regulación del derecho de propiedad a cualquier otro derecho o libertad. Pese a que la Constitución Española establecía ya desde 1978 en su artículo 18.4 que “La Ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos”, tuvieron que pasar 14 años para que el legislador se preocupase por la intimidad informática de los ciudadanos, y ni siquiera eso: la verdadera razón de la ya derogada Ley Orgánica 5/1992, de 29 de octubre, de Regulación del Tratamiento Automatizado de los Datos de Carácter Personal, LORTAD, fue evitar que periodistas y detectives pudiesen pedir información sobre casos judiciales.

Empecé a ejercer en 1987. Y recuerdo que durante mucho tiempo, incluso después de la entrada en vigor de la LORTAD , pedir información sobre cualquier persona en los Juzgados de Barcelona era lo más sencillo del mundo. No había que acreditarse en ningún sitio, ni demostrar un interés legítimo: bastaba con rellenar un pequeño formulario anónimo, poner el nombre de la persona sobre la que se buscaba información, y los atentos funcionarios de la sección de informática te devolvían el papelito lleno de datos sobre sumarios judiciales. Era evidente que tal sistema no podía sobrevivir entre los múltiples escándalos de corrupción que llenaron los periódicos por aquellas fechas.

Tras la LORTAD llegó el Código Penal, donde se incluyeron por primera vez delitos estrictamente informáticos, como la interceptación de correo electrónico, el acceso inconsentido por vía telemática a datos reservados o secretos de empresa, y los daños a programas y archivos binarios. Y con el Código Penal, en 1995, también llegó la red al gran público, lo que hizo necesaria la creación de brigadas policiales especializadas en controlar la red.

El Código Penal de 1995 tuvo en su día una inmerecida fama de progresista: nada más falso. Al tiempo que continuaba penando conductas como la insumisión al servicio militar, la ocupación de pisos vacíos o el aborto, dejó fuera de su cobertura jurídica la pornografía infantil. Un código que blindaba la propiedad en el mundo digital, penalizando la copia de programas de ordenador, los daños a la propiedad por vía informática, o la revelación de secretos digitales de empresas y particulares, dejó impune un delito contra la libertad de la magnitud de la pornografía infantil. A los autores del denominado “Código Penal de la Democracia” les preocupaba más la propiedad que la libertad.

Afortunadamente la omisión fue solventada en una reforma de 1999, pero ya para entonces las prioridades del legislador estaban claras: nueva Ley de Propiedad Intelectual en 1996, nueva Ley de Protección de Datos en 1999…Y rápidamente redadas contra hackers, “piratas” y demás proscritos, y expedientes administrativos a la Asociación contra la Tortura por publicar nombres de funcionarios condenados en Internet.

A partir del nuevo milenio los cambios se aceleran, y el ataque global a los derechos fundamentales tras los atentados del 11-S provocan un incremento de la represión legal en internet, siempre dirigido a blindar el derecho de propiedad en detrimento de derechos fundamentales como la intimidad o la libertad de expresión.
Un ejemplo: en noviembre de 2000 una moción aprobada por unanimidad en el Senado insta al Gobierno a regular el correo electrónico en las empresas, garantizando la inviolabilidad de las comunicaciones. Han pasado 11 años y tal legislación brilla por su ausencia. Por el contrario, se han desarrollado muchas iniciativas legales tendentes a proteger la propiedad de las empresas en el marco digital, muy especialmente las de las televisiones de pago.

En el año 2001 se inicia desde Kriptópolis una campaña contra el primer anteproyecto de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y Comercio Electrónico, denunciando su posible utilización como instrumento de censura y control. No olvidemos que los primeros anteproyectos incluso establecían un sistema obligatorio de registro para poder abrir una página web.

PP y PSOE tuvieron una actuación absolutamente vergonzosa en lo que se refiere a la Ley de Internet, intercambiando sus papeles según quién estuviese en el poder: así, en 2001 el PSOE se opuso a la LSSI , prometiendo su derogación al llegar al poder. Lo que hizo al llegar al poder fue blindarla, para que cualquier Administración pública pudiese proceder al cierre de páginas que afectasen a su esfera de competencia.

Del mismo modo, ambos partidos pactaron reformar en el año 2006 la Ley de Propiedad Intelectual, reduciendo a la mínima expresión las excepciones al derecho de autor, que de tal forma fue ampliado en el ámbito digital. Se produjo la paradoja que mientras se reducía el ámbito de la copia privada a su mínima expresión en el ámbito doméstico, prohibiéndolo a personas jurídicas, se ampliaba el canon de copia privada hasta el extremo, debiéndolo pagar también personas jurídicas, lo que llevaría a España a un ridículo internacional en el Tribunal de la Unión Europea.

Las sucesivas reformas penales acometidas por PP y PSOE en 2003 y 2010 no han hecho sino fortalecer la defensa de la propiedad inmaterial en internet, en detrimento de los derechos ciudadanos a la cultura y a la libertad de expresión. Los delitos contra la propiedad intelectual pasaron a perseguirse de oficio, se incentivó a las brigadas de investigación tecnológica a actuar contra páginas de enlaces, se crearon ex novo nuevos tipos penales para proteger el negocio de la televisión de pago, y se criminalizó toda actividad relacionada con el hacktivismo.

La Ley Sinde, Disposición Final 43 de la Ley de Economía Sostenible, resume los despropósitos de todos estos años. Una normativa dirigida a ampliar las atribuciones de la administración pública en internet, para así poder intervenir en un problema de derecho privado, se lleva a cabo prescindiendo hasta el extremo del poder judicial, y acaba siendo pactada por los partidos mayoritarios PP-PSOE y su bisagra periférica CiU.
El reglamento de la Ley Sinde, en fase de redacción en estos momentos, presenta en sus primeros borradores serias deficiencias: su disposición más preocupante es la que establece que en 72 horas los prestadores de servicios de intermediación en de internet deberán dar cumplimiento a las exigencias administrativas de retirada de datos o enlaces. El procedimiento administrativo gira alrededor del proveedor de contenidos que presuntamente infrinjan derechos de autor: a los prestadores de servicios de intermediación se los deja al margen del procedimiento hasta el final, en una clara situación de indefensión. Ello no obstante, y mucho antes de la aplicación práctica de la Ley Sinde, ya se están desarrollando soluciones técnicas para compensar con código informático lo que no soluciona el código jurídico

En todos y cada uno de los casos mencionados, las leyes nacieron obsoletas: solo sirvieron para incrementar las minutas de abogados especializados, así como la inventiva de programadores, hackers y webmasters. Toda ley absurda genera una solución técnica para esquivarla. 

5.- Internet y poder mediático: historia de un desencuentro
Para entender las cíclicas campañas de desprestigio que ha sufrido la red por parte de los medios de comunicación convencionales basta con echar un vistazo al reparto de la propiedad de los grupos mediáticos en España. Es altamente recomendable la lectura de un artículo de Núria Almiron, Grupos privados propietarios de medios de comunicación en España: principales datos estructurales y financieros, publicado en la web de la Universidad de Navarra.

Editoriales, cadenas de librerías, periódicos, radios y televisiones en poder de las mismas manos: lo extraño sería que hablasen bien de internet. En cuanto descubrieron que no podrían controlarla, y de esto hace mucho tiempo, comenzaron a cargar contra la red. A lo largo de la última década, y en particular desde la aprobación de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, los medios de comunicación españoles han apoyado todos los intentos de control jurídico de internet, muy especialmente las modificaciones del Código Penal y de la Ley de Propiedad Intelectual: se trata en última instancia de defender su cortijo.

Internet ha dado al traste con todos los viejos modelos de distribución de obras culturales, en todos los sectores. Y salvo contadísimas excepciones, la industria mediática española no ha sabido reciclarse. Su única estrategia ha sido apoyar hasta el final los intentos del poder político de controlar la red.

Modificaciones legales para blindar el negocio de televisión de pago, prohibir el press-clipping, limitar el alcance de la copia privada, o autorizar la retirada de contenidos de la red por parte de la administración, han sido aplaudidas a rabiar por todos los grupos mediáticos españoles. No es extraño, en consecuencia, que las redes sociales donde eclosionó el movimiento #15M considere hostiles a los medios de comunicación tradicionales, situándolos al mismo nivel que a políticos y banqueros. 

6.- Mayo del 11: desde la #leysinde al #15M
La aprobación de la Ley 23/2006, de reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, vino precedida por multitud de críticas en internet, y en particular en las redes y agregadores de blogs. Sin embargo, la norma se aprobó con la práctica unanimidad del Congreso de los Diputados, evidenciando la escasa influencia que la red ejercía sobre la política real hace solo cinco años.

Todo había cambiado solo tres años después: la llegada al Ministerio de Cultura de Angeles González-Sinde, en abril de 2009, fue contestada masivamente desde las redes sociales. Su proyecto de reforma de la Ley de Propiedad Intelectual y de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, al objeto de permitir la retirada administrativa de contenidos sujetos a derechos de autor, encendió en diciembre de 2009 Twitter y Facebook. En pocos días el Manifiesto en Defensa de los Derechos Fundamentales en Internet tenía más de 250.000 seguidores en Facebook.

A lo largo de todo el año 2010, la campaña contra la #leysinde fue tomando forma y aumentando seguidores. Coincidiendo con la aprobación del proyecto el 19 de marzo en Consejo de Ministros, importantes páginas de enlaces españolas llevan a cabo un cierre de 8 horas en protesta. El cierre anticipaba una protesta masiva de webs de enlaces 9 meses después: el 19 de diciembre: a dos días de la votación del proyecto en el Congreso, las páginas de enlaces españolas se fundieron a negro durante 12 horas, con un mensaje contundente que apuntaba al sitio No al cierre de webs:
Si se aprueba la Ley Sinde, esta página desaparecerá. Internet será una tele más, al servicio del poder. Por la libertad de expresión en la Red. No a la censura. No a la Ley Sinde. No al cierre de webs.
En No al cierre de webs se colgó un manifiesto que sería leído por más de cuatro millones de personas en un par de días. En dicho manifiesto (ver anexo) se solicitaba a los ciudadanos que no se limitasen a protestar en internet: que saliesen a la calle: “Sal a la calle, explícaselo a tus vecinos, a tus amigos, a tus compañeros de trabajo.” “y explícaselo a todas aquellas personas que conozcas, muy especialmente a aquellas que viven desconectadas de Internet.”

El cierre de páginas de cine y series de televisión, de gran audiencia en internet, provocó que el mensaje llegase a amplias capas de la población. La movilización en listas de correo y redes sociales haría el resto: en las horas previas a la votación en el congreso los diputados recibieron miles de correos de protesta.

El 21 de diciembre la votación parlamentaria es seguida con avidez a través de su emisión en streaming por Internet. Se produce la circunstancia que el mismo día que en el Parlamento español se debate la Ley Sinde, en el Parlament de Catalunya se está procediendo al debate de investidura del candidato a Presidente de la Generalitat, Artur Mas. CiU vota en contra de la Ley Sinde, que resulta rechazada por el Congreso de los diputados.

El 25 de enero, tras múltiples presiones de la industria editorial, se alcanza un pacto entre PP, PSOE y CiU para resucitar el proyecto de Ley Sinde en el Senado. A los pocos días empezó a gestarse el proyecto #nolesvotes, primero en Twitter y después desde el web Nolesvotes.com y el wiki.nolesvotes.org

#nolesvotes nació como un proyecto aglutinador: su aspiración no era otra que sumar descontentos, primero en la red y después en la calle, sirviendo de caja de resonancia al profundo malestar de la sociedad frente a la actuación de la clase política. Desde enero hasta mayo, fue uno de los hashtags de referencia en la internet española, y sirvió como altavoz a todas las iniciativas que se fueron sucediendo para evidenciar el malestar de la sociedad con respecto a la situación política y económica. Al revisar mi TL de esas fechas, es curioso ver los hashtags que se van sumando poco a poco a #nolesvotes: #sinfuturo, #sinmiedo, #estadodelmalestar, #indignaos, #reacciona, #democraciarealya y #15M. Un estudio en profundidad sobre la influencia de dichos hashtags en la explosión de Mayo del 11 puede consultarse en la web del Instituto Universario de Investigación en Biocomputación y Física de Sistemas Complejos de la Universidad de Zaragoza. 

7.- República Internet: una advertencia para el futuro
El análisis del #15M y su evolución posterior no es objeto de esta conferencia, limitada a los conflictos entre propiedad y libertad, y la escasa autonomía del legislador español con respecto a los verdaderos titulares del poder: el poder económico y mediático. Ello no obstante, sí me interesa dejar aquí una advertencia para el futuro: si es atinada o no, solo después de algunos años podrá evaluarse adecuadamente.

Desde mis primeros textos en internet, y hablando precisamente del derecho de reunión, vengo diciendo que pese a que la red permite crear organizaciones a coste muy reducido, esa fuerza de la red es también su principal debilidad, porque solo se toma en serio a un movimiento político cuando es capaz de llenar las avenidas. En marzo de 2009, al comenzar mi última serie de conferencias, disponible en http://www.culturalibre.org, dejé escrito lo siguiente:
Las nuevas tecnologías cambian la forma de ejercer los derechos. Pero en última instancia, los derechos de reunión y manifestación quedan en letra muerta si no se ejercitan: de nada nos sirven si no pensamos movernos del sillón.
Quizás el gran reto del siglo XXI no sea más que éste: entender que no podemos confiar en nadie más que en nosotros mismos. Entender que si de verdad es cierto que la soberanía reside en el pueblo, ha llegado la hora de que el pueblo ejerza sus propias responsabilidades de forma directa, sin delegaciones ni intermediarios.
Más allá de la crisis económica, vivimos una crisis de sistema. Nuestros intermediarios políticos han demostrado su inutilidad para gestionar los inmensos desequilibrios que genera un sistema social injusto. Pero de poco sirve quejarnos de ellos, mientras nos desentendemos de la toma de decisiones que sólo a nosotros nos corresponden.
Sólo cuando el Estado y el Mercado nos dejen sin protección social, empezaremos a entender que sólo somos partículas elementales, que nada pueden conseguir en solitario. Tenemos que reconstruir en el mundo real, y no sólo en Internet, las redes sociales destruidas por el individualismo salvaje. Y eso sólo puede hacerse llevando nuestra asamblea virtual permanente a las calles, a las fábricas, a los despachos.
Ha llegado el momento de que los habitantes de la sociedad conectada se pongan de pie, abandonando el sedentarismo del consumidor indolente. Las pantallas son armas de doble uso: pueden servir tanto para comunicarnos como para encadenarnos. De nosotros depende, en última instancia, escoger el camino.
Tenemos las herramientas, Internet y los ciberderechos: ha llegado la hora de utilizarlas en el mundo real.
Durante todo 2009, 2010 y buena parte de 2011 no he cesado de pedir que la red saliese a la calle. En mayo de 2009 fuimos poco más de 300 peatones a la Plaza del Rey de Madrid, para protestar ante el Ministerio de Cultura. En diciembre de 2009 ya fuimos unos cuantos más. Desde mayo de 2011 ya han salido a la calle unos cuantos cientos de miles, quizás millones. Pero ahora me pregunto si no es quizás el momento de reflexionar.

La red no es nada sin la calle, pero la movilización callejera por sí misma no sería nada sin internet. Al consultar este texto con mi amigo Ricardo Galli me hizo una inteligente observación sobre uno de los puntos débiles del ciberpunk, y en general del ciberactivismo de los años 90: el presentar la red como un espacio nuevo, de “otra gente”, otra “república” paralela o alternativa a la realidad.

Ricardo tiene razón: el dualismo internet-mundo real es un error, especialmente si lo llevamos a la acción política. La red somos las personas, las mismas que viven en la “democracia” o “república” de su barrio. El ciberpunk parecía proponer a la gente “emigrar” a otro estado diferente, casi como ofrecerles una colonia en la Luna. La práctica cotidiana de los últimos meses nos ha demostrado que toda acción política pasa simultáneamente por la calle y por la red, porque la red ya es la mitad de lo real, y para algunos la mejor mitad.

En consecuencia, y después de años diciendo que la red tenía que salir a la calle, no voy a decir aquí que haya que hacer el camino inverso, de la calle a la red: no, eso ya es imposible. Lo que me planteo es lo siguiente: si en buena parte hemos llegado aquí gracias al trabajo solidario de miles de personas organizadas en red, si es esa misma red solidaria la que mantiene activo el movimiento #15M… ¿no será la red lo primero que intente desactivar el poder? ¿No será necesario que nos mantengamos alerta para evitar que nuestro principal bastión sea también nuestro punto más vulnerable?

Ellos defienden su propiedad: lo han hecho durante milenios, y lo seguirán haciendo. Seguirán comprando a políticos para que blinden sus privilegios, y seguirán teniendo todos los recursos durante mucho tiempo, muy especialmente en el terreno mediático.

No lo olvidemos, especialmente cuando llegue el frío a las calles. Cuando el Estado y el Mercado se alíen de nuevo para imponer leyes y constituciones redactadas al dictado del poder financiero, “Leyes de Mercado”, leyes a medida de los detentadores de la propiedad, no podremos contar con los medios de comunicación que pertenecen a esos mismos propietarios. 

Internet es nuestro último baluarte, y vendrán por ella. Estemos alerta para cuando llegue ese momento, porque para defender la libertad en la red solo contaremos con nosotros mismos.

Valencia, 30 de septiembre de 2011.
Carlos Sánchez Almeida es abogado del Bufet Almeida, además de ser uno de los juristas más activos en la defensa de los derechos civiles en Internet. Escribe habitualmente en el blog Jaque Perpetuo. Ahora también es colaborador de Nación Red.

http://www.nacionred.com/privacidad/leyes-de-mercado-por-carlos-sanchez-almeida

lunes, 12 de septiembre de 2011

jueves, 11 de agosto de 2011

Hablemos un poquito de redes sociales libres…..

Prácticamente no hay nadie que no conozca el fenómeno que representan las redes sociales hoy en día, así no las uses, no las hayas usado nunca, así nunca pienses en usarlas. así de magno ha sido el impacto de ellas… para bien o para mal (de y en) gobiernos, grupos, organizaciones, empresas, particulares, etc., tal vez eso sea así porque así como la Internet. lo que son y para que pueden ser utilizadas depende del usuario y cuando hay millones de usuarios con distintas formas de pensar y actuar pueden ser millones de cosas a la vez… o sea que terminan siendo un reflejo de la misma sociedad conformada por cientos de millones de elementos que las están alimentando con cientos de miles de gigabytes de información, (creo que me quedo corto) sobre ell@s mism@s. las redes sociales dan para todo. incluso para ser instrumentos de manipulación y de control, adivinen de parte de quien? después de todo facebook, youtube, myspace, linkedin, twitter, last.fm, y cientos de otras que me faltan por nombrar no son administradas por comunidades y/o individuos sino por compañías, empresas que tienen inversionistas, empleados, gastos de mantenimiento; que en fin. tienen que ofrecer ganancias, tantas como se pueda obtener a cualquier costo tan rápido como se pueda y que aunque las redes sociales proporcionan el acceso gratis para todos, en realidad exteriorizan los ingresos que obtienen, como? tomando la información constante que producimos transformando la información valiosa para sus clientes (comportamiento de los mercados, seguimiento de las tendencias, seguimiento de la percepción del publico hacia una marca, etc.,) verdaderos que son los que les compran publicidad, nosotros? nunca fuimos clientes, ni somos usuarios. no somos nada mas que partes del estudio de mercadeo mas duradero, continuo y amplio que ha existido, estudio que nosotros pagamos/ellos nos pagan (según con el cristal con que se vea) con colectividad continua y gratuita a esa red social, o por lo menos esa sensación de que estas conectado con tu mundo inmediato al resto de el y de paso estas a la moda. en realidad el cuento es muy simple: lo que no pagas con dinero que sale de tu bolsillo, lo pagas permitiendo que te analicen para ver como venderte mas y mejor un producto que después te lo ofrecen con anuncios diseñados específicamente en base al análisis que te hicieron, “el producto indicado para el consumidor indicado”, diría yo….

claro, que todos somos expuestos a esa publicidad tan bien diseñada, a la medida se podría decir. pero quienes pueden responder a esa exposición son los que tienen alcance monetario para poder comprar los productos que nos ofrecen por medio de las redes sociales (que solo son una parte medianamente pequeña de los TODOS usuarios de redes sociales )… pero que igual tengas real o no, te exponen a esos anuncios. (y ya para much@s el que las empresas empleen redes sociales para averiguar todo sobre ti, para ver como mejor te venden un producto es simplemente inaceptable.)

pero, es acaso un precio muy caro para acceder a una red social, ceder a una parte de tu privacidad?, (cuanto cedes, por lo general lo determina la compañía ) para much@s no, pero por lo general es la gran mayoría de los usuarios que usan las redes sociales no son conscientes de los peligros que abundan allí. pero para cada vez mas personas si. en la medida que cada vez mas usuarios incautos tratan de moverse en ese increíblemente amplio y peligroso campo minado que es el Internet y las redes sociales y terminan pisando una mina. el tema todavía sigue siendo tema de debate. es la invasión silenciosa de la privacidad a cambio de un servicio “gratuito”, una molestia menor y hasta aceptable o un abuso imperdonable? depende del punto de vista del que lo analice.

lo bueno que no se conformo con seguir en el debate y decidió mostrar hay otras alternativas a las comerciales/tradicionales:

cada vez mas personas quieren dejar de ser parte de una red social que te ve como sujeto de estudio, que no prioriza en la seguridad de tus datos, que cree en la centralización de la redes sociales, (ni menos que en el complicado contexto latinoamericano; que los usuarios estén en sur américa, pero los servidores estén en Norteamérica conectados por un cable que pasa por miami), en donde uno así como uno entro así uno sale, sin dejar cachivaches ni datos regados por ahí (aun post-mortem)….

por esas razones y mas ya hay desde hace rato propuestas interesantisimas como:

gNewBook: red social diseñada por especialistas en software libre, pensada y usada en su mayoría para entusiastas del software libre. de hecho, es la primera en américa latina y en el mundo en ser diseñada enteramente bajo software libre empezo como un proyecto experimental de la Fundación GNUCHILE para “compartir y comunicarse entre las diferentes comunidades y activistas de Software Libre nacional (Chile)”, hoy en día gNewBook es un muy amplo conglomerado de personas y/o organizaciones. Allí podrás encontrar grupos enfocados a GNOME, Python, Debian y Fedora. Grupos con curiosos nombres como pythonism, Colectivo TeleTriunfador y Correlibre.

La tecnología detrás del sitio no es nueva, en realidad está basada en Elgg, un software para creación de redes sociales. Así pues, las funcionalidades de la red social son casi las de cualquier otra:

  • Álbum de fotos.
  • Blog.
  • Grupos.
  • Blog de grupos.
  • Chat.
  • Microblog.
  • Almacenamiento de archivos.

Además, es posible integrar gNewBook con otras redes como Identi.ca, Twitter y, sí, también Facebook.

de ella misma han salido muchos de los lineamientos de lo que significa ser una red social libre como:

  • Aquella que basada en software libre y estándares libres y abiertos.
  • Aquella donde la privacidad y seguridad de los datos de los usuarios son respetados.
  • Aquella donde los usuarios deciden las políticas del sitio.
  • Donde el usuario es el único y verdadero dueño de todo.
  • Donde el usuario se puede dar de baja cuando quiera.

diaspora: red social , que con menos de un año de lanzada a cautivado a un publico cada vez mas interesado en la protección de sus datos. se ha promocionado al publico. casi como un anti-facebook, al no presentar ninguna de las fallas y quejas comunes que se presentan en facebook, por ejemplo: la publicidad intrusiva, la cesión de todos los derechos sobre los materiales que postees, entre otras.,

al diferencias entre ambas redes sociales, (diaspora y facebook) se puede apreciar en estos puntos, tomados de un análisis hecho por alt040:

  • No tienes que depender de otros. Si bien cuando Diaspora esté funcionando a pleno rendimiento ofrecerá un servicio de hosting como el de WordPress.com, también como WordPress el software estará disponible para que cualquiera lo instale en su propio servidor. Tus datos están donde tú puedas verlos, donde tú quieras que estén, y no a disposición de los caprichos de una empresa que ha demostrado con creces no ser merecedora de nuestra confianza.
  • A eso se suma el hecho de que es una red descentralizada que se compone de distintos servidores Diaspora, llamados seeds, lo que quiere decir que incluso si no estás interesado o no tienes los medios técnicos para mantener tu propio servidor, tendrás una variedad de proveedores que elegir. No hace falta casarse con nadie, y de hecho, si no te fías, al ser un estándar abierto podrás desarrollar tú mismo una alternativa. En caso de que sepas programar, claro.
  • Aprovecha la infraestructura existente integrando servicios que ya existen y utilizas para evitar tener que subir dos veces las mismas fotos o actualizar dos veces el mismo estado. De momento han anunciado conectividad con Twitter y Flickr, pero habrá más. El hecho de que aproveche otros servicios es otro de los puntos fuertes —de hecho, era uno de los puntos fuertes de lo que pudo haber sido Google Buzz, pero eso es otra historia— porque supone que puedes centralizar tu actividad en la red sin necesidad de caparla o exigirle a tus amigos que tengan cincuenta y siete sign-ins para seguirte en todas partes.
  • Es software de código libre, cosa que como todo el mundo sabe, Está Bien™. Pero además de Estar Bien™ supone que, como ya nos han demostrado proyectos como Firefox o WebKit, las vulnerabilidades de seguridad —que son inevitables— se tratarán con mayor agilidad y transparencia. A los hechos me remito cuando hablamos de vulnerabilidades en Facebook: la callada por respuesta y ya lo arreglaremos cuando tengamos un rato. Cuando esa es la actitud suele querer decir que no estamos viendo sino la punta del iceberg de los problemas de seguridad de Facebook. Eso nunca ocurriría con un software de código abierto.
  • Es seguro. Toda la comunicación entre perfiles se realizará protegida por GPG, una implementación open-source del algoritmo de seguridad PGP. Eso, hablando en cristiano significa que tus fotos, información personal, número de teléfono, embarazosos posts en el muro de tus exs… los verán única y exclusivamente aquellos que los tengan que ver. Esto es así en teoría en Facebook, pero la realidad es que, por ejemplo, Facebook permite que los motores de búsqueda indexen tu perfil incluso con la máxima privacidad habilitada.
  • Tu material es tuyo. En un mundo en el que tu proveedor de redes sociales es el único que puede prestar ese servicio, es inútil luchar contra los Terms and Conditions abusivos. En un mundo en el que Diaspora esté extendido, podrás elegir tu proveedor de social networking dependiendo del respeto que tenga a la propiedad del material posteado. Puede parecer una tontería —¿quién va a querer usar las fotos del cumpleaños de tu prima?— pero es extremadamente grave que estemos cediendo estos derechos sin inmutarnos.

anillosur: es una red social muy reciente, muy poco conocida, pero no por ello no deja de tener motivos que la hagan atractiva al publico. esta parte del proyecto lorea. el proyecto lorea funciona como semillero de futuras redes sociales geolocalizadas. anillosur, de hecho es la primera red geolocalizada en américa latina. funciona no por una compañía, sino por los que la integran.

el proyecto lorea se dedica a la experimentación con redes sociales descentralizadas y federadas, que puedan ser creadas y controladas tanto directa como indirectamente por sus usuarios. formadas como nodos distribuidos no por el orden geofisico, sino por las necesidades de sus usuarios. también funciona bajo elgg.

estos tan solo son pequeños ejemplos de los que podemos hacer para crear verdaderas redes sociales… no redes sociales hechas por empresas, sino por sus usuarios.

si nos situamos en el contexto latinoamericano, mas especifico en el venezolano, surge la necesidad imperiosa de implementar estos sistemas para suplir las necesidades de conectividad de la población. lo ya dicho anteriormente sobre el trafico de Internet en latinoamerica es alarmante. prácticamente todas las conexiones que se realizan por Internet entre dos computadoras que se encuentran en américa latina involucrara conectarse con servidores presentes o en los estados unidos o en Europa. y agravado por amenazas ya presentes en el país que afectan a distintos sectores de la sociedad como la pornografía infantil, el cyberbullying, las mafias dedicadas a sustraer datos bancarios y de tarjetas de crédito por Internet, la suplantación de la identidad digital entre otros males. ademas de la inexistencia de una plataforma tecnológica propia que preste servicios múltiples en conectividad a la población en caso de la no disposición de la plataforma tecnológica extranjera que suplía esos servicios. la alta vulnerabilidad de Venezuela con respecto a seguridad tecnológica, tanto en el sector civil como el militar, tanto en el publico como en el privado. ante la potencial amenaza de gobiernos extranjeros, corporaciones rivales, organizaciones, la delincuencia organizada informática, incluso el vandalismo juvenil… obligan a Venezuela a que ella misma empiece a intentar suplir sus necesidades tecnológicas. china ha sido un buen ejemplo de una buena política en seguridad tecnológica, adaptada a su realidad política, social y tecnológica…. seria bueno observar con prudencia y atención. ese y otros ejemplos en el mundo.

—actualizacion— agrego varios enlaces a aplicaciones que sirven para montar una red social libre, unna de ellas es elgg en la que estan basados gNewBook y anillosur. lo bueno de esta aplicaciones es que estan en software libre y son muy adaptables…. perfectas para tomar en cuentas nuestras peculiaridades.

1. Spree. Se define como “la red de intercambio de conocimiento”. Es un motor de búsqueda de expertos. Los usuarios hacen preguntas que son reexpedidas a otros hasta establecer una comunicación con alguien que pueda responder. El buscador localiza a los expertos más apropiados y en tiempo real.

2. Mahara. El nombre significa “pensar” o “pensamiento” en idioma Maori. Es un software para construir, entre otras cosas, redes sociales de aprendizaje en línea donde los usuarios crean/colaboran con portafolios digitales: metáfora usada para representar una amplia gama de recursos de aprendizaje y colaboración como blogs, multimedia, imágenes, documentos…

3. Elgg. Es una plataforma que puede adecuarse a toda clase de ambientes sociales: academia, negocios, deportes y más. Podría decirse que Elgg es un Drupal para redes sociales. Ha sido muy utilizado para colaborar en entornos educativos y científicos como SciSpace.

4. Status.net. El software libre detrás del servicio de microblogging Identi.ca, la alternativa libre a Twitter. Los creadores recién lanzaron OStatus, un proyecto más ambicioso aún: permitirá a personas de diferentes redes sociales seguirse entre sí de manera transparente.

5. Menéame. El clon open source de Digg que luego permitió engendrar Pligg. Sobra decir que es un software para crear sitios que promueven el voto social, comunitario, no centralizado de contenidos. A diferencia de Digg, más que el voto, importa el karma.

6. AROUNDMe:http://www.barnraiser.org/ Libre y con múltiples opciones (incluida la de crearnos un servidor personal de OpenID) AROUNDMe de Barnraiser es uno de los softwares sociales libres con más historia. Uno de los primeros, si no el primero, en ofrecernos este tipo de herramientas de forma libre.

7. PHPizabi:http://www.phpizabi.net PHPizabi es otro de los decanos en las redes sociales de código abierto. Nos promete sencillez, potencia y velocidad y nos ofrece un sistema modular en el que podremos ir agregando funcionalidades a medida que vayamos necesitándolas.

8. Dolphin:http://www.boonex.com/products/dolphin/ Desarrollado por Boonex, Dolphin es un caso extraño en este listado. Es Open Source pero al usarlo tenemos la obligación de mantener el enlace hacia la web de los creadores o pagar una licencia (39$ una licencia anual y 99$ una de por vida). Eso si, es una solución muy cuidada y elaborada.

9. Lovd By Less:http://lovdbyless.com/ Seguramente el último en llegar a la fiesta, Lovd By Less está escrito en Ruby on Rails e incorpora funcionalidades tan interesantes como la integración con servicios tan populares como Flickr o YouTube.

Michael ramirez

radical1michael.wordpress.com

http://radical1michael.wordpress.com/2011/08/09/hablemos-un-poquito-de-redes-sociales-libres/



martes, 22 de marzo de 2011

martes, 8 de febrero de 2011

La quimera del ladrillo. Documental


"La quimera del ladrillo. Murcia despierta"

Producción: Foro Ciudadano de la Región de Murcia
Dirección: Carlos Belmonte

Parte 1

http://www.youtube.com/watch?v=wmPAYyxSNwk

Parte 2

http://www.youtube.com/watch?v=wo35sWw6ar8

Parte 3

http://www.youtube.com/watch?v=xwAr2DYU


Ya podéis ver en youtube la película "La quimera del ladrillo. Murcia despierta", la producción del Foro Ciudadano dirigida por Carlos Belmonte para explicar en imágenes y sonidos los contenidos esenciales de nuestro libro "El otro estado de la Región. Informe 2010".

Ayudadnos a difundidla: enviad el enlace a vuestros amigos y conocidos para que sean miles los ciudadanos que puedan ver y escuchar lo que aquí se cuenta.

Un fuerte abrazo

Patricio Hernández

Presidente del Foro Ciudadano

Secretaria Foro Ciudadano Región de Mucia
www.forociudadano.org
http://www.facebook.Foro.Ciudadano.Region.Murcia